Guía práctica de roles, responsabilidades y protocolos de supervisión
El rol de Coordinadora en el Sistema Integral de Atención Ambulatoria de Sanna Clínica Belén es fundamental para asegurar la excelencia operativa y la calidad de la experiencia del paciente. Este instructivo define claramente las responsabilidades, competencias y protocolos que guían el trabajo diario de las coordinadoras.
Las coordinadoras actúan como el eje central que conecta los diversos elementos del sistema de atención: supervisan al personal operativo, garantizan el cumplimiento de los protocolos, resuelven situaciones complejas y mantienen la coherencia del Sello Sanna en cada interacción.
Objetivo: Proporcionar una guía práctica y completa que permita a las coordinadoras desempeñar su rol con excelencia, liderazgo y alineación total con los valores y estándares de Sanna Clínica Belén.
Garantizar que todos los protocolos operativos se ejecuten con precisión y que el personal de recepción mantenga los estándares de calidad en cada interacción.
Inspirar, motivar y desarrollar al equipo de recepción, fomentando una cultura de excelencia, colaboración y mejora continua.
Intervenir en casos complejos, quejas o emergencias para asegurar resoluciones rápidas y satisfactorias que protejan la reputación de Sanna.
Medir, analizar y mejorar continuamente los indicadores de calidad del servicio y experiencia del paciente en el área ambulatoria.
Facilitar el aprendizaje continuo del equipo a través de capacitaciones, talleres prácticos y sesiones de actualización en protocolos y competencias.
Actuar como embajadora de los valores y cultura de Sanna Clínica Belén, asegurando que cada decisión y acción refuerce la identidad institucional.
Capacidad para inspirar, motivar y guiar al equipo hacia objetivos comunes, tomando decisiones estratégicas y modelando comportamientos ejemplares.
Habilidad para transmitir mensajes claros, escuchar activamente y facilitar el diálogo constructivo entre diferentes niveles de la organización.
Competencia para analizar situaciones complejas, identificar causas raíz y proponer soluciones efectivas bajo presión.
Visión para anticipar escenarios, planificar acciones a corto y largo plazo y alinear operaciones con objetivos estratégicos institucionales.
Sensibilidad para comprender las necesidades del paciente y del equipo, priorizando su bienestar en cada decisión.
Flexibilidad para responder a cambios rápidos, situaciones imprevistas y nuevas demandas sin perder la calidad del servicio.
Enfoque en el logro de objetivos, mejora continua de indicadores y compromiso con la excelencia operativa.
Integridad en cada acción, respeto por las normas institucionales y manejo confidencial de información sensible.
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